Tu presencia
La tarde se vierte |sobre la marisma| abstrae la coreografía de las grullas |con sus quejíos| se vuelve plomizo el mar Las gaviotas buscan su tesoro |entre las algas| |se alimenta la noche| y regresa tu estela para mí El vapor de tu sonrisa |me sabe a sal| y los pétalos de tus manos |cuando me rozas| |con el aroma de tu pelo| son agua para la sed de mis oídos